«Ser supersticiosos es de ignorantes,
pero no serlo trae mala suerte.»
- Eduardo De Filippo
Italia es un lugar lleno de tradiciones y creencias populares donde todo lo relacionado con la gastronomía suscita pasión. Por lo tanto, no sorprende que existan multitud de comportamientos curiosos, leyendas y supersticiones relacionadas con la comida. ¡No nos referimos solo a gatos negros y espejos rotos! Muchas de las supersticiones italianas giran en torno a ingredientes frecuentes y al comportamiento en la cocina y en la mesa, pero también hay otras muchas más allá de las fronteras de nuestro hermoso país. ¡Hoy vamos a contaros algunas de las supersticiones y creencias que más nos han sorprendido!
1. ¡Nunca os sentéis trece en una mesa!
El número trece se considera un número de mala suerte en muchos países hasta el punto de no haber fila trece en los aviones o, en el caso de muchos hoteles del mundo, no haber decimotercer piso. En Italia, sin embargo, el número más asociado a la mala suerte es el número diecisiete, excepto si hablamos de trece… ¡comensales! Esta superstición está extendida por toda Italia, donde se obedece y se teme. Está relacionada la Última Cena, la última comida que compartió Jesús con los apóstoles antes de ser traicionado y condenado a muerte. De hecho, se cree que una comida de trece personas trae montones de mala suerte. Algunos creen incluso que, de producirse, uno de los asistentes podría estar en peligro de muerte durante los días posteriores a la comida. ¿Cómo evitarlo? Hay quienes ponen la mesa para catorce, otros se dividen en dos grupos (a menudo entre niños y adultos, lo que satisface a ambas partes), algunos buscan a una persona más en el último momento, otros, en cambio… lo cierto es que no todos somos supersticiosos ¡y hay muchos que no creen en esto!
2. Derramar o que caiga sal
¡Derramar sal es siempre un augurio de mala suerte! Esta antigua creencia goza de popularidad en muchos países, como Italia, países latinoamericanos y España, entre otros. Al parecer, si se quiere evitar el mal presagio, hay que arrojar una pizca de sal sobre el hombro. Hay quienes creen que hay que hacerlo tres veces.
Otras afirman que hay que hacerlo arrojándola con la mano derecha sobre el hombro izquierdo.
Algunas personas creen que este ritual se remonta a un tiempo en que la sal era un bien valioso. Lo cierto es que en la Antigua Roma se pagaba a los soldados con este condimento. De hecho, el término «salario» procede de «ración de sal». Otros creen que está relacionado con el carácter sagrado de la sal en otras épocas, cuando se usaba para rituales de purificación.
3. Agua, aceite y el mal de ojo
Es muy frecuente utilizar una solución de agua y aceite mezclados en un plato para comprobar si le han echado un mal de ojo a alguien. Estos dos elementos aún se usan actualmente, sobre todo en el sur de Italia, como una forma de deshacerse de la temible maldición. En nuestra región (el Abruzo), los rituales utilizados para combatir el mal de ojo son un ámbito exclusivo de las mujeres y los secretos que ocultan se pasan de unas a otras en ceremonias de transmisión que solo pueden celebrarse en Nochebuena.
4. Verter aceite y vino
También existen creencias sobre el aceite derramado. Unos amigos nos han contado que si tienes la mala suerte de derramar un poco de aceite, ¡hay arrojar un poco de sal por encima para evitar cualquier desastre! Sin embargo, al contrario de lo que ocurre con el aceite y la sal, derramar vino de manera accidental atrae la buena suerte. A menudo se acompaña de un gesto de buena fortuna: mojar un dedo en el charco de vino y rozar con él la piel de detrás de las orejas, ¡pero ojo con servirlo «como un traidor» (como dicen en Roma), es decir, sujetando la botella con la palma de la mano hacia abajo! Según se cuenta, el origen de esta expresión se remonta a la Edad Media y hacer referencia a la idea de que, al servir el vino de esta forma, el traidor podría verter veneno que llevase oculto en su anillo en la copa, lo cual solo es posible si se sirve como un traidor. Aunque esta superstición es la más popular en Italia, también hay otra, en la misma línea, por la que servir vino con la mano izquierda se considera una señal de mal augurio, de traición o una falta de respeto.
5. El pan como símbolo de lo sagrado, pero también de desprecio
El pan era otra comida valiosa y sagrada, tanto que, si caía al suelo, había que besarlo antes de volver a ponerlo sobre la mesa, costumbre que aún se mantiene en muchos países. Poner el pan del revés es un signo de desprecio y de mal augurio, mientras que una hogaza puesta del revés sobre la mesa es un gesto de mal gusto. Al parecer, estas creencias podrían estar relacionadas con la figura del verdugo, que no gozaba de buena reputación debido a su profesión. Al parecer, los panaderos le servían el pan del revés.
6. ¿Qué ocurre con los huevos?
Existen muchas supersticiones en torno a los huevos. En el norte de Europa y en EE. UU., algunos creen que cuando se hacen tartas usando huevos, se obtienen mejores resultados si la masa se prepara al amanecer y que no hay que tirar las cáscaras de los huevo hasta que la tarta esté hecha. Hay quienes creen que, si al cascar un huevo te salen dos yemas, eso significa que tendrás muchos hijos. También existe una superstición que se remonta a la Edad Media que se trata de que al cocinar hay recordar romper por completo las cáscaras de huevo antes de tirarlas, ya que las mitades de estas pueden ser la guarida del demonio y rompiéndolas se evita la mala fortuna.
7. Comida para atraer la riqueza, la buena suerte y evitar infidelidades
Hay muchas supersticiones vinculadas a determinadas épocas del año o a determinados platos que atraen la riqueza, el bienestar, la buena suerte... Las lentejas con zampone (pata de cerdo, estofada con cerdo picante picado) o cotechino (salchicha de cerdo fresca sazonada) son un símbolo de buena suerte y dinero, que están siempre presentes en las mesas italianas en Nochevieja. Se trata de una costumbre que se remonta a la Antigua Roma; al comienzo de un nuevo año, se acostumbraba donar una bolsa llena de lentejas, que representaban monedas. Aunque es una costumbre tener lentejas en toda Italia, cuando el reloj marca la medianoche es típico, al igual que en España, comer 12 uvas (preferiblemente negras) en muchas regiones de Italia, así como en países de Sudamérica para atraer la suerte durante los próximos 12 meses. Las alubias y los tréboles atraen la buena suerte, el laurel evita los enfrentamientos familiares, la albahaca puede curar el mal de ojo y el romero transmite felicidad. Así mismo, la guindilla se usa actualmente contra el mal de ojo y en el pasado se usaba también para evitar las infidelidades: si una mujer sospechaba que su marido la estaba engañando, ponía dos guindillas bajo la almohada para recuperarlo.
8. El poder del ajo
El ajo es un símbolo de buena suerte y un excelente protector contra los conjuros en muchas culturas. Según antiguas creencias muy extendidas por la península itálica, comer un diente de ajo con el estómago vacío atrae buena fortuna y es beneficioso para la salud. La idea de que el ajo es bueno para la salud es una creencia extendida por Europa del este, mientras que en Oriente se relaciona con el ajo negro, que es una variedad coreana particularmente cara y muy popular en China, Corea, Japón y Vietnam. En Grecia, solamente la palabra ajo (skórdo en griego) atrae la buena suerte por sí misma y es habitual tener una cabeza de cerámica con forma de ajo en las casas para protección y buena suerte. En cambio, en Polonia se come un diente de ajo a la vez que se pronuncia la palabra serpiente en presencia de niños para protegerse de la mala suerte que representa este reptil, pero especialmente, como todo el mundo sabe, ¡el ajo mantiene alejados a los vampiros!
9. Hablemos de animales
Según una antigua superstición, aún presente entre los pastores (y quienes los rodean), si alguien te da ricota, debes devolver el plato sin lavar, si no se morirán las ovejas.
Existen muchas otras historias relacionadas con el mundo animal, pero por falta de espacio (y de conocimiento) no podemos citarlas todas. Nos han contado que si un pato pone un huevo negro, es un mal augurio para la familia y que comer la cabeza de un ganso puede volver a quien la coma (o a un familiar) loco. Antiguamente, se usaba la leche de burra en cosmética femenina. Según la leyenda, Popea Sabina, una emperatriz romana hermosa, temperamental y adinerada ¡se bañaba a diario en la leche de 500 burras! Supuestamente, siglos después, Paulina Bonaparte también usó el mismo producto. Aunque esto no es una superstición, la efectividad de esta antigua costumbre ha sido científicamente probada: la lecha de burra es rica en lípidos, vitaminas y grasas no saturadas que aportan antioxidantes y beneficios antienvejecimiento.
10. Supersticiones locales: ¡cada región tiene la suya!
Te dejamos la última superstición, que tiene su origen en una pequeña ciudad del sur de Italia, desconocida para la mayoría y solo adecuada para aquellos que no temen a la incertidumbre del futuro. Según esta tradición, el Martedì Grasso (Martes de Carnaval), debes comer una pasta casera especial llamada firzuoli, recubierta con salsa de rábano picante. Después de dar un primer bocado, hay que colocarse al lado de la pared de manera que uno vea su sombra y empezar a masticar. Si puede ver con claridad el movimiento de los labios al mirar la sombra, significa que vivirá un año más. Si no, ¡es posible que no pueda repetir esta prueba el año que viene!
No es apto para los débiles de corazón.
¿Y vosotros? ¿Os atrevéis a mirar vuestra sombra?